Enmarcado en el Máster en Intervención Multidisciplinar en la Diversidad de Contextos Educativos (Universidade de Vigo, Campus de Ourense) y en colaboración con Cruz Roja Ourense, llevamos a cabo una experiencia de aplicación de la metodología Design Thinking con un caso de un joven refugiado sirio de 20 años, perteneciente al Programa Integral de Acogida e Integración de Personas Solicitantes y Beneficiarias de Protección Internacional, dependiente del Ministerio de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social. Ello nos permitió la prueba de la eficacia del método y la posterior creación de un manual adaptado para la aplicación de la metodología Design Thinking con personas en riesgo de exclusión social.
La importancia de esta metodología se debe a los constantes cambios producidos en la sociedad actual, la cual requiere personas con capacidad de adaptación y el desarrollo de mecanismos que contribuyan a la resolución autónoma de las dificultades presentadas en el día a día. En contraste con las metodologías más utilizadas por los diferentes organismos e instituciones, el Design Thinking parte de las propias necesidades de las personas y las hace partícipes en la identificación y resolución de las mismas a partir de un proceso sistematizado e innovador que ofrece pautas y herramientas en cada una de sus fases: empatizar, definir, idear, prototipar, probar y realizar.
La primera fase, empatizar, supone la creación de un clima de confianza, a partir del cual la persona educadora obtenga información sobre como piensan, actúan y cuáles son las necesidades de la persona con la que se va a llevar a cabo el método.
La segunda fase, definir, representa la síntesis de la información obtenida anteriormente a partir de la identificación de una posible problemática de la persona, representada a partir de una frase clara y precisa que guíe el resto del proceso.
En tercer lugar, idear consiste en que la persona ofrezca el mayor número de posibles soluciones a la problemática para evaluar y elegir aquella que se adapte en mayor medida a sus necesidades teniendo en cuenta sus recursos, motivación, eficiencia y viabilidad.
La cuarta fase, prototipar, consiste en crear un plan de acción a partir de un modelo visual que represente los pasos para llevar a cabo la idea elegida.
Por último, probar y realizar suponen la puesta en práctica del prototipo creado dentro de un contexto real con el objetivo de satisfacer las necesidades presentadas.
De esta forma, la metodología Design Thiking presenta innumerables ventajas, como la mejora de la capacidad de reflexión sobre los propios problemas dentro de un contexto real, el fomento de la iniciativa y la autonomía a través de la participación activa, el desarrollo de la creatividad y la sencillez y apertura del proceso, el cual permite la retroalimentación entre las diferentes fases, que cuentan con una serie de objetivos, estrategias y recursos concretos para poder alcanzarlos.